viernes, 19 de agosto de 2011

te quiero



No hay demasiadas justificaciones y explicaciones, sino más bien un rotundo "porque si", tan irracional como hermoso. ¿Y por qué no?

El "te quiero" siempre implica ambición. Suele incluir un "me perteneces", cierta necesidad de posesión.

Un amor no posesivo, toma el anhelo y deja el dominio: "No te quiero para mi, ni siquiera te quiero para nada, sólo me gusta saber que existes y sonríes.

Para el filósofo Sponville, esa es la esencia del amor: la alegría de que el otro exista.

Así de escueto y maravilloso..

¡Qué alegría que existas!

La ambición del otro, el deseo de ser siamés, no corresponde a un amor maduro y despojado de egoísmo.

"Te quiero porque te quiero, porque se me da la gana y aunque no quieras.

Te quiero cuando te siento coexistir y respirar al ritmo de mi respiración..

No eres mío ni de nadie, te perteneces a ti mismo, y yo sólo soy una mujer que se deleita con tu paso por esta vida, que no es tuya ni mía, y aún así me encantaría compartir..

No hay comentarios:

Publicar un comentario