Qué duro es el momento en el que te das cuenta de que las cosas no son como soñaste de pequeña, y es que la ignorancia hace la felicidad.. Con la madurez la perfección se vuelve gris, y luego negra, y luego ya no existe.No existe nada de todo lo que un día imaginaste. Todo se ha desvanecido. Y no haces más que repetir esas palabras, todo y nada. Y ya está. Manos vacías y personas extraviadas en historias mal contadas. Qué nos está pasando. No, qué nos pasó, para llegar a este punto de no-equilibrio, de indiferencia. Y luego lo tiñes todo con una sonrisa que crees que cura el tiempo. Pero el tiempo ha cavado agujeros demasiado profundos como para taparlos con hierba. Ni verde, ni azul, ni blanco. No existen los colores que un día pintamos. Ni nuestra vida, nuestras historias. Se han reciclado y se han fugado con las horas. Ya no están. Intento saltar y arriesgarme, aferrarme a esa idea que aún no te culpa y que me une a ti. Pero al saltar me hago daño porque no hay nada que pare el golpe. Y otra vez me entra el miedo de equivocarme..
A ti, sin embargo, debo agradecerte todo y más, más y más. Por saltar y hacer que el golpe no duela tanto y por esperar paciente a que tenga fuerzas para expresarme.
¿Sabes qué sucede? que te quiero mucho y a veces tengo miedo.
Pequeña sé que te hise daño, pero te amaré toda mi vida, por siempre y para siempre mi corazón te pertenece. Daría todo para volver atrás y cambiar las cosas pero sé que no puede ser asi por muchas veces que me empeñe en cambiarlo. Mucha suerte espero que des pasitos con pie de plomo que nunca sabes lo que te puedes encontrar.
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