No eres tú el problema, sino el disfraz que creas para hacernos pensar
que no te duele, que no te caes, que te burlas de la vida, que nada te
importa. No eres el problema, sino tus ganas de caminar sobre fuego,
descalzo, como proclamándote vencedor de una batalla con el mundo,
cuando en realidad compites contra ti mismo. Es tu sonrisa irónica, tus
ganas de herir, tu orgullo salvador, tus manos ocultas, tu mirada que
reta mientras huye, es tu lema de vivir sin importar lo que pase.
Quieres ser el "malo" del cuento, de un cuento que inventaste para
sentirte invencible. Eres irreal y ya nadie te cree. Ya no te creo. No
te creo cuando ríes y caminas con pasos de vencedor, solo creo en el
dolor que ocultas, le creo a tus días grises, le creo a lo que ocultas, a
lo que ya sabes que sé. Le creo a tu miedo, porque todos se irán,
porque te quedarás solo. Le creo a tus secretos, porque te conozco
aunque pienses que aparentas bien. Tu camino, ése lleno de demonios que
no existen, desaparecerá cuando decidas quitarte la máscara y ser tú. Y
en mi cielo siempre habrá una estrella para ti, para que no andes a
oscuras, porque te quiero mucho a pesar de las heridas que dejaste, por los malos
ratos que hicieron creer, querer y poder.
Sigue pensando que das vueltas por el mundo, algún día notarás que es el
mundo quien te hace girar. Anda con cuidado, aprende a caer, mira a los
costados de vez en cuando. .Lucha por borrar esos miedos que no te dejan ser
tú, lucha por ese hombre bueno que intentas ocultar. En mi días ya no habrán fuerzas para regalarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario